Nueva tirada de Bagatelas

Nueva tirada de Bagatelas. Dibujos de Buenos Aires. Pídalo acá y llévese de yapa un ejemplar de la revista minúscula. Acompañamos esta publicidad descubierta con el prólogo y algunas imágenes del libro.

Bagatelas. Dibujos de Buenos Aires

BAGATELAS
Siempre me atrajo eso de pintar la aldea. Cuando era chico, desde el umbral de mi casa o en mis expediciones al almacén del gallego observaba atentamente el aspecto y las costumbres de mis vecinos. Eran los últimos rastros de una época en que no existía vereda de un barrio sin viejas barriendo o viejos tomando mate. Mi abuelo era uno de ellos; sacaba la banqueta a la calle y yo me sentaba a su lado. Mientras él armaba cigarrillos y saludaba a los transeúntes, yo registraba detalles: el vestido pulcro de aquella, la nariz torcida de aquel, el paso torpe del otro. Me despertaban curiosidad las relaciones familiares y el extraño vínculo entre la gente y sus objetos. También archivaba frases sueltas, sonidos, olores… Pienso que había cierta crueldad en ese inocente juego infantil, que ahora reconozco esencial en mi trabajo. 

Con el tiempo, nuevos escenarios y personajes se integraron a mi elenco mental (todos tenemos uno, propio e irrepetible). Pero tuvieron que pasar varios años hasta que saliera literalmente a pintar mi aldea; o a dibujarla, para ser exactos. El bar fue el escenario-taller por excelencia. Me brindó comodidad y una ventana para mirar la ciudad. Pero, como era lógico, había cierta gente que no pasaba por ahí y lugares o situaciones que quedaban fuera de cuadro. Cuando sentí que en los bares se me agotaban los temas, fui a buscarlos a la calle; en colectivo, a pie o en bicicleta.

Este libro reúne muchos de esos dibujos urbanos. Algunos son croquis rápidos, tomados en condiciones de incomodidad e incluso en movimiento (a veces dibujo caminando). Otros son trabajos más detallados, realizados a partir de aquellos bocetos. Los materiales que usé son variados: birome, lápiz, tinta, acrílico, pastel, acuarela. El lector sabrá apreciar esta diferencia de recursos, ya que el trazo y la pincelada son los mejores informantes del temperamento del dibujante. A propósito: algunas personas prácticas y sensatas me preguntan por qué, en vez de dibujar incómodo y a las apuradas, no saco una foto y después la copio tranquilo en mi casa. Si buscara exactitud, tal procedimiento sería adecuado. Pero con estos dibujos yo persigo especialmente una visión subjetiva que exprese mi estado de ánimo frente al modelo (molestias incluidas). Me gusta, además, que sean la percepción inmediata y la memoria las que decidan qué capturar de ese momento y lugar. En otras palabras, no me importa que el dibujo tenga errores y omisiones, pero sí aspiro a que sea expresivo y verosímil; que transmita un clima, que insinúe una historia.

Advertencia final: Bagatelas no intenta ser una guía turística ni abarcar todos los barrios de Buenos Aires. Es apenas un compilado de fragmentos sin pretensiones; desechos, restos de historias que me encontré por la calle y que reuní en este mercado de pulgas con forma de libro. Espero que lo disfruten.

Rodolfo Fucile. Septiembre de 2016